Salman Masalha y la difícil situación de la poesía palestina contemporánea.
Considerado uno de los exponentes más destacados de la poesía palestina contemporánea, Salman Masalha nació en 1953 en la ciudad árabe de Al - Magar - Magra (en la región de Galilea). En 1972 se trasladó a Jerusalén, donde reside actualmente. A mediados de los años 70 fue encarcelado, por "razones de conciencia", en un penal militar israelí. Por Sergio Badilla Castillo Masalha estudió en la Universidad Hebrea de Jerusalén, donde obtuvo el grado de doctor en literatura árabe clásica. Posteriormente ha enseñado lengua y literatura árabes, en esa misma casa de estudios superiores y ha servido como co-editor de la antología Concordancia de la Poesía Árabe Ancestral, la que ya ha alcanzado su sexto volumen. Masalha escribe artículos, columnas, y traducciones, tanto en periódicos como en diarios de lengua árabe y hebrea, además forma parte del comité de redacción del periódico árabe trimestral Masharef. Entre las temáticas más recurrentes abordadas por el poeta palestino sobresalen la familia, el paisajismo existencial, la tensión social , y la convivencia y el amor en la ciudad y en la aldea. Cada uno de estos tópicos ocupa un lugar preponderante en la poesía lúcida de este escritor diversificado, cuyos poemas han sido traducidos a diferentes idiomas.. POEMAS DE SALMAN MASALHA (Traducidos por Sergio Badilla Castillo) AUTORRETRATO El hombre que se inclina con una mano, en su bastón tiene en la otra un vaso de arrak. Los tiempos, que cambiaron en el espacio abierto entre sus piernas, se evaporan en su inestable mano. Él está desapareciendo como los olores del anís que embotelló en el sótano. En las mañanas, lanzando algunos fantasmas a la calle ocupada por los transeúntes se inclina en su silla. El tiempo era, los fantasmas estaban de pie orgullosos en sus piernas sobre una mesa de la taberna. Y hoy, se acabó el arrak en sus labios. La mesa ya no está más. Sólo los surcos de un artista ambulante arrugan su cara. Éstos son los rastros del hombre que descendió al sótano y no volvió jamás. Así entonces le ocurrió a sus manos, cada una se fue para su lado. La que tiene el anís se evapora hacia el cielo. La otra con un bastón de bambú muerde el polvo. Sólo queda el hombre que bebió su vida lentamente, colgado en lo alto de la pared. Sin nadie quien lo descienda. LA COLA DE LA PERDIZ 1. Una patria abandonada en mis labios. Derrama de sus hombros los granos de trigo que habían quedado trabados en el pelo. 2. Entre las arboledas de olivos el labrador esboza surcos de memoria y se olvida totalmente de los pájaros del baldío acariciando sus semillas. 3. Encima de las palmas de piedra se escurren las nubes de la mañana, exprimidas por los oteros de todos los rincones. 4. El cazador llena su bolsa de trapos y anuda una cola de perdiz en la tapadera para que la gente se percate de sus habilidades de caza. JARDÍN De las pestañas de la memoria construí un jardín. Y planté vides y melocotoneros en un retal. Y colgué racimos de campanas en las moreras. Madurarán en el verano. También até cuerdas que bailan con el viento. Niños, que vienen a jugar a las escondidas reirán como pájaros desdentados. Fruto como la cara de una muchacha que empujé a mis labios. Ella se deslizó de mis manos cuando florecimos, y los pájaros huyeron lejos de la tierra. Y el jardín que mantuve entre los azotes que di al aire me abandona como palabras que derramé en una lámina. ABORTO Nací en las arenas de las calles. Mi mano era una extensa vela Yo la tormenta. El pavimento era un otoño que se abría bajo mis pies para los ojos y canto o cuento. Debido a los pasos de muchos pies y por el viento que levanto como polvareda en una esquina de la calle. Mi herida florece en una encrucijada gotea la pus de la abundancia enciende un cigarrillo en el tumulto lleva su cesta vacía y cae, pero ella es el abismo. FUENTE BIBLIOTECA DE BAGDAD. ESCUELA DE LETRAS |
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