lunes, marzo 06, 2006

Desacuerdos en la Poesía visual: El poeta y profesor Fernando Millán hace saltar el tablero




Desacuerdos en la Poesía visual: El poeta y profesor Fernando Millán hace saltar el tablero turbio del género a través de una “Carta abierta a los poetas visuales”. Quien fuera uno de los pioneros indiscutibles de esta particular disciplina poética saca a la luz el intrincado manejo de las relaciones y descréditos que determinan el escaparate de la Poesía visual, propensa a revisiones, suculentas ayudas económicas y una peligrosa tendencia a la institucionalización.Carta abierta a todos los poetas visuales (incluso a los que no lo sean, pero ellos se consideren así) Por Fernando MillánHa transcurrido más de un año desde que se inauguraron las exposiciones de Desacuerdos en sus dos sedes de Barcelona y Granada. Aparte de la Declaración que sobre mi participación en estos eventos hice en el mes de abril, he permanecido en silencio a la espera de que el tiempo y un análisis pormenorizado de los elementos en cuestión, me permitieran un juicio ponderado, y tras ello, una toma de decisiones.En este tiempo, y no sin sorpresa y dolor, he asistido a una escalada de insultos, injurias, mentiras y demás mecanismos típicos del comportamiento canalla, por parte de un pequeño número de personas. A pesar de ello, salvo en el caso de Xavier Sabater, que hizo saber su disgusto públicamente, ninguna de las cientos de personas que habitualmente participa en eventos relacionados con la poesía visual, ha movido un dedo para hacer saber a estos matones mediáticos su desagrado o su contrariedad. Es más, las pocas personas con las yo mismo he hablado personalmente me han hecho saber de su “neutralidad”y su deseo de no mezclarse en semejante “guerra”. En el momento actual tengo datos, informaciones y argumentos suficientes como para afirmar que todos los ataques realizados contra mí con la excusa de “Desacuerdos”son intencionales:La causa directa del linchamiento mediático a que fui sometido, y que de otra manera aún continúa, fue un pacto realizado entre Bartomeu Marí, subdirector del Macba, y César Reglero, sedicente poeta visual, y controlador del portal de internet Boek861. Este pacto tuvo lugar en la sede del propio museo, durante una reunión en la que acompañaron a Reglero varios acólitos.Esa reunión fue convocada por el propio Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona, tras recibir una serie de correos electrónicos muy críticos con la presentación que la poesía visual tenía en la exposición “Desacuerdos”, producida y montada por esta entidad.Tras oír las quejas de los asistentes a la reunión, Bartomeu Marí se mostró muy afectado, y afirmó que ellos habían mostrado las obras que Fernando Millán, en el cual confiaban, les había prestado. Ahora bien, como el tema de la poesía visual interesaba mucho al museo, les pedía a los presentes en la reunión que prepararan un proyecto para una gran exposición que el Macba acogería dentro de su programación.A partir de ese momento se inició el montaje del linchamiento mediático.Si alguien tiene duda de que las cosas fueron así, puede revisar las páginas de la Poecrónica de Boek861 desde marzo hasta la actualidad, y si encuentra una sola crítica a la falta de profesionalidad del Macba, a su desprecio a las normas expositivas en la parte de la poesía visual de “Desacuerdos”, tal como pudo comprobar cualquier visitante durante el primer mes de la exposición, tendrá razón para no creer en esa versión.Decisión finalEn el comportamiento de estos sedicentes poetas, así como en el de los acólitos que les apoyaron hay sin embargo un odio tan evidente contra mí, una actitud tan canallesca, que no puede nacer tan sólo de la actuación del Macba, dirigida a liberarse de críticas e insultos, tengo que reconocerlo.Desde mi punto de vista, Reglero encabeza un grupo de presión, a través del cual él y los que le secundan quieren aumentar su poder, imponer su presencia en cualquier clase de evento, y demostrar que están en condiciones de agredir a quien ellos quieran sin sufrir ninguna consecuencia negativa. Y para demostrarlo aprovecharon la ocasión que les brindaba “Desacuerdos”: Convertirse en importantes “comisarios” trabajando para el Macba, y arrojarme a mí fuera de cualquier actividad relacionada con la poesía visual. Estos son, tristemente, los hechos.En función de ellos he llegado a tomar a una decisión irrevocable:A partir de hoy, 2 de marzo no participaré en ninguna actividad colectiva de la poesía visual sean publicaciones, revistas o cualquier otra clase de edición; ni en exposiciones, coloquios, reuniones, etc..., ni autorizaré la inclusión de mi imagen ni la de ninguna de mis obras sin un permiso escrito, en ningún medio. En consonancia con ello, perseguiré legalmente a quien lo haga en cuanto tenga noticia fehaciente. Hago una explícita excepción de las actividades que sucedan fuera del territorio del Estado español, lo mismo que de las publicaciones. Me considero un exiliado cultural.Esta decisión la tomo con la esperanza de que este sacrificio borre mi nombre de la historia de la poesía visual, y gracias a ello deje de ser perseguido, insultado, e injuriado. Renuncio a ejercer ningún tipo de poder, influencia o capacidad para influir en los acontecimientos, escribir la historia o dar ninguna clase de información. Por ello, al menos en un periodo de cinco años, a partir de la finalización de la exposición, comisariada por mí, “El Icono y otras formas intermedia de las neovanguardias”, celebrada en la Universidad Carlos III de Madrid, no concederé ninguna clase de entrevista, ni pública ni privada que se relacione con la poesía visual.En consonancia con esta decisión, voy a proceder a buscar una institución extranjera a la que hacer donación de toda mi colección de poesía experimental, con la única condición de que ninguna de las publicaciones, obras y documentos que la constituyen, vuelvan nunca a suelo español bajo ninguna circunstancia. Lo hago porque, ya que me es imposible dejar de ser español (no podría concebir la existencia sin esa identidad) quiero dejar constancia para las generaciones futuras de que la nuestra es una cultura canalla y no deben llamarse a engaño.Reconozco que, al tomar esta drástica decisión, al proceder a mi exilio cultural y social (durante cuarenta años la poesía visual ha sido el centro de mi vida), pongo en la mano de los que libremente han decidido ser mis enemigos, un triunfo y una baza mediática que les va a llevar a crecerse y acrecentar su matonismo y sus prácticas odiosas. Me consta que es lo que ellos buscaban. (Uno de ellos, en privado le ha dicho a un testigo creíble para mí “Vamos a hacer que Millán desaparezca de la poesía visual”.) Pero no está en mi mano pararles los pies ni mucho menos desactivarles, y los que podrían hacerlo han demostrado con su neutralismo, su cobardía o su miedo, que no lo van a hacer.Para contribuir a mi leyenda personal de hombre creído y pagado de sí mismo, me permito citar unos versos de Luis Cernuda escritos a la muerte de Federico García Lorca. No hay comparación posible, desde luego, entre la terrible desgracia que fue la muerte del poeta granadino, y la mía, porque a mí aún no me han fusilado, pero sí me condenan a una muerte cultural. Por lo tanto, las cosas no han cambiado, después de todo, tanto como podría parecer: El odio y la violencia siguen siendo la norma por la que se rige la cultura en este triste y desgraciado país:Triste sino nacerCon algún don ilustreAquí, donde los hombresEn su miseria sólo sabenEl insulto, la mofa, el recelo profundoAnte aquel que ilumina las palabras opacasPor el oculto fuego originario.Fernando MillánMadrid 2 de marzo de 2006