Nocturno
nocturno (para flauta doble) II esos gatos sin dueño que, de vuelta a casa, nos asombran rondando las aceras, ágilmente controlando nuestros pasos o despachando su celo de un modo que los hombres creemos olvidado, de alguna forma son como nosotros mismos. Sobre todo si es muy tarde y el alcohol nos hace inexplicables solidarios con toda especie de seres o de sombras que nos recuerden que no hay nada en esta vida más deplorable al fin que haberse muerto. Alberto Vega. "Cuaderno de la Ciudad" A la memoria de los hombres buenos que estos días nos van dejando un poco más huerfanos (Alvaro Cunhal, Vasco Gonçalves, Eugenio de Andrade et alia) |
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