Artículo de María Belén Moncayo (Experimentos Culturales Ecuador)
LA TIERRA DE NADIE, LA LINEA IMAGINARIA... Ecuador, Línea Imaginaria, en palabras de Alexis Moreano, no existe un país en el mundo al que el nombre le pueda ir mejor. Imaginario, del verbo “no existimos”. Nuestra imaginación se polariza de un sujeto al otro, síntoma de que seguimos perdiendo el tiempo en la búsqueda de la identidad ecuatoriana, cuando lo único que esta “pare” son hijos bastardos, bautizados con eufemismos baratos como “calle de los forajidos”, prima hermana de la sultana, la carita, la atenas, la perla, “las trabajadoras sexuales”, “la tercera edad”. Si la identidad ecuatoriana fuese reconocida y no buscada pasaríamos tal vez a ocupar un lugar en el espacio. Ser viejo, por ejemplo, es una condición humana, no un insulto. Diariamente leemos en los boletines de la Mesa Redonda Virtual, a manera de epílogo, frases de artistas e intelectuales célebres, un cincuenta por ciento de ellas nos llevan a concluir en una, la más brillante en mi criterio: “Sin el Arte, la vida sería un error” Nietzsche. Triste el error del panorama del Arte en el Ecuador que insiste a todo nivel y con terquedad en fusionar la política de “este” Estado y en “ese estado” con la política cultural, la primera el elefante rosado y furioso que pisa a, la segunda, el ratoncito gris y anodino; escena que se legitima con bombos y platillos y como resultado se obtiene lo siguiente: 1) Una Directora del MAAC -museo donde lo único que no hay es una muestra antológica y completa de arte contemporáneo ecuatoriano- nominada a adquirir premios públicos que por comprobación jurídica les corresponden a otras cuatro personas (Lupe Alvarez, Malena Bedoya, Angel Emilio Hidalgo y Ma. Fernanda Cartagena). Nominada además a Mujer del Año en la revista a la que le cedió el espacio para festejar su cumpleaños no. 40; medio, que por lo demás, NO es un referente de la verdadera mujer artista/intelectual ecuatoriana; para serlo, en principio el “hogar” es una de sus múltiples ocupaciones, no la única. 2) Una Directora del Centro Cultural Metropolitano cuya gestión ha sido en varias ocasiones cuestionadas por artistas, críticos y curadores del contexto; no solamente por la organización del Salón de Arte Contemporáneo Mariano Aguilera, también por las múltiples trabas que se pone a los artistas a la hora de optar por ese espacio como exhibidor de sus obras; trabas cuando en el mejor de los casos son recibidos en una cita, negada ésta no al 95% de “artistas” que forman parte del actual Mariano Aguilera, negada sí, al 5% de muy buenos ARTISTAS participantes, y a otros cuantos más que tienen el buen juicio de no leer las bases siquiera. Ya que la Veeduría Cultural de Guayaquil, a la que me honra haberme suscrito, ha tenido el buen juicio de entregar un interrogatorio responsable y comprometido a la actual Directora del MAAC y bajo la demanda de varios actores del medio artístico, creo imprescindible que la Dirección del Centro Cultural Metropolitano (CCM) se pronuncie sobre las siguientes legítimas inquietudes: a) ¿Cómo puede la ciudadanía comprobar que la convocatoria para hacer propuestas curatoriales para el Salón Mariano Aguilera 2005 fue pública? b) ¿Además del Señor Omar Ospina, qué otras personas enviaron su propuesta? c)¿Cuál es la nómina de expertos en arte contemporáneo que eligen al curador(a) del Salón año tras año, y cuáles fueron sus consideraciones para elegir la propuesta de “El Artista y su Tiempo” como la mejor? d)¿Al decir la Directora del CCM, Señora María Elena Machuca: “La propuesta de Ospina fue muy amplia, involucró a artistas contemporáneos y tradicionales, además es una persona vinculada al arte por muchos años” pretende que entendamos, a caso, que por amplio debemos leer “open mind”, ó 99 obras en participación; y que una vinculación eterna con el arte es el vehículo para ser curador del Salón? e) ¿Por qué no se realizaron los conversatorios post-premiación donde éstas preguntas con seguridad iban a ser formuladas? (el feriado recorrido y el jurado no presente ya, no son una excusa para su suspensión). 3) Unos artistas y entre ellos, lamentablemente, varios de los mejores; legitimando con su participación en el Salón Mariano Aguilera 2005, la negligencia institucional de la que vienen siendo testigos año tras año, en museos, galerías, bienales, salones. 4) Miembros del jurado, refiero de manera generalizada a todos los concursos de artes plásticas del país, que podrían declarar desierto el o los premios y/o la o las menciones y no lo hacen; con este proceder desvirtúan la magnificencia de lo que significa “ganar un premio”. Si surgiera un precedente que abortara los premios, seguramente los más dignos pasarían a ser los mejores, éstos últimos serían meritoriamente ganadores de los mismos y los invisibles devendrían en inexistentes (¿Demasiado bonito para ser verdad?) 5) Una Dirección Nacional de Museos de la Casa de la Cultura-Quito, con cargo vacante tras la renuncia de su ex-Directora, dos funcionarias que con ella colaboraban y una negación de la, hasta entonces, futura sucesora del cargo de dirección. Si sus cargos se adjudicaron tras la aceptación del pedido voluntario de la actual Presidencia; ¿por qué de un día para el otro optan por la renuncia? Sería pertinente leer las razones que cada parte ha considerado para llegar a estas desiciones extremas. 6) Una Veeduría Cultural de Guayaquil que debería hacer conocer cuáles son los nombres de las personas que a ella se han suscrito a nivel nacional. El boletín número 0 fue muy claro en su propuesta, por lo tanto quien la colija se habrá suscrito o lo hará; de esa manera existe un corpus que resplada en grupo y a título personal. Desde luego, habrán criterios opuestos al interior de la misma Veeduría, al respecto esta deberá “veerse” a si misma con la suficiente objetividad para dar apertura a la opinión de sus habientes. Esperamos también de la Veeduría un largo aliento para que las posturas que plantea se constituyan de manera legal, de tal suerte que éstas puedan ser analizadas por la Comisión Anticorrupción, y lograr con esto, al menos, que empiece a exisitir una política cultural coherente, capaz de manejar sus espacios “como un criterio” y no como la finca dominguera. 7) Una Mesa Redonda Virtual donde se publiquen por completo todas las opiniones que a ella son remitidas, fue publicada la carta de Magdalena Pino, con todo derecho; la de Ulises Unda, no corrió con la misma suerte. 8) Una revista El Buho, que publica las opiniones que diferentes actores de la escena cultural, ya sea que su consejo editorial las comparta o no. De ella se espera la misma objetividad de contenido cuando estos actores se pronuncien, desde cualquier postura, sobre los resultados del Salón Mariano Aguilera 2005. Hago estas reflexiones a título personal, por supuesto, pero basada además en la opinión de algunas partes involucradas en cada instancia, y a sabiendas de que las mismas no surtirán el mismo efecto que tendría, por ejemplo, el poner en los espacios contenedores de arte “sucursales” de aquélla obra del actual Mariano Aguilera (cuyo autor(a) desconozco y por ello me disculpo) que contiene una silla cargada con dinamita falsa. Si subvirtieramos esa carga y la haríamos verdadera podríamos ver, tal vez, que de las cenizas emerge el Ave Fénix del Arte Ecuatoriano, como una hermosa posibilidad, ó construiríamos sobre ellas bloques de departamentos para dárselos a la gente que duerme en la calle. (Se han barajado al respecto otras ideas más atrevidas!!!). María Belén Moncayo “no forajida” 1704787017 |
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