miércoles, enero 18, 2006

Si tú supieras



Si tú supieras
con cuanta idolatría

te amé.



Si supieras cuantas veces

quise morir por ti.



Si supieras cómo por las noches

velando en la tibieza de una cama solitaria

te oía rebullir a lo lejos

y sentía tu calor

recordándolo con furia...



Si tú supieras,

mi amor,

con cuanto amor te extrañaba,

y deseaba la alborada para verte nacer con el nuevo día.



Si tú supieras.

Si supieras.



Esta amargura que me envenena la garganta,

estas manos frías e inexpertas

que naufragaron tantas veces sobre ti,

esto que me sube por el centro del cuerpo

hasta hacerme llorar,

todo esto es tan solo un reflejo.

Un pálido reflejo inestable y marchito.



Los tics de la pierna cortada que, aun caliente, tiembla en el vertedero.



LIBRO DEL ADIÓS

© FRANCISCO J. LAURIÑO, 1979-2000. 2005.