lunes, julio 19, 2004

Gira y gira la vida loca


TRAIGAN AGUA

para su sed de bataclana
de salvia
para lamerle las raíces
agua serenata
en sus poros
que le derrita telaraña



Ofrézcanle un respiro
agua denle a su tormento
más agua, venga
para sus noches de guerra
que no muera la mona del organillo
agua no quiero verla mustia
entre el rebaño

Un poema de Marisol Wexman del libro Morir de puro hábito


domingo, julio 11, 2004

Entresacado del CHAT MESTIZO



Los deficientemente instruídos tal que yo, fundimos en uno sólo a estos homónimos y a muchos más, como en un cuento borgiano: un Diógenes buscador de hombres con la lámpara apagada, metiendo los pies en los charcos, bebiendo con las manos, escupiendo lo que nos chorrea, ladrando un poquito por turnos, y riéndonos a carcajadas.


(De autor desconocido, al menos para mí)


viernes, julio 09, 2004

Un poema de Marisol Wexman



CON UNA COPA DE SU SEDOSO VINO
me acerco a los trozos desflorados de otra historia que no me pertenece, en la que yo no estaba. No me toques. El televisor me muestra "los días de nuestra vida", hay huellas en la alfombra de las patas de una cama, revistas de enfermería en las gavetas, cuentas añejas de agua que ni bebí y ni se ha evaporado. Qué frágil me vuelvo. Tropiezo con un piano de cola, importado de Chile, qué hacer si no amarizo en este sitio. La calefacción a 72 grados Fahrenheit, se enfría mi elocuencia, nieva. La leche tiene gusto a leche, leo el diario del domingo. Preparo la maleta. Sientes cómo viajo, cómo dejo de pertenecerme. Desde el gigantesco plato del satélite, me penetran dos caballos apoya-libros. ¿Querrías que todo comenzara de nuevo? Sintonizo con mi propia voz grabada en el contestador. La fiesta enmudece. Alguien cierra las cortinas. Creo que yo misma. La borrosa sombra de una mujer me expulsa a la calle y se ríe de mi llanto.


http://www.noticias.nl/mwex/index.html



miércoles, julio 07, 2004

Em Salvador de Bahía



Na noite do verao
dos tectoes das moradas
ascendem as impressoes pesoais
mesmo que fume nas telhas.

martes, julio 06, 2004

Sentado contra la pared.


Sentado contra la pared, a la fresca, veo debajo de la morera a Borges con una sonrisa en los labios apoyarse en el bastón, disfrutando de las vibraciones que escucha. A su lado está Monterroso que conversa suavemente con Cortazar mientras Frida sirve vino en las copas que están sobre la mesa. Recuperar esas charlas himnóticas en el frescor de la tarde del Sur es lo mejor que se me ocurre para volver a la cordura, para regresar al tiempo imposible de la felicidad.